Hablamos de lo que nos pasa en la práctica, en el trabajo diario.Nuestra labor es informar, sin embargo, hay ocasiones en que nos toca bastante profundo... Ser el primero en informar acerca de la muerte de la mamá de un amigo del colegio, que murió ahogada cuando estaba haciendo policial, contar la muerte de un bombero amigo, son cosas que marcan, que hacen volver los pies a la tierra y tratar de humanizar las cosas.
Pero dentro de eso, está la satisfacción de haber estado ahí, donde las papas queman y darle una mirada especial, para aliviarl el sufrimiento de las familias mediante palabras suaves, no dejar que la pirámide invertida con su frialdad haga de las suyas.
Ahora, como bien dice Yesica, llegaron casi todos de sus vacaciones por lo que no hay mucho espacio para uno en el diario; sin embargo es el momento de ganárselo limpiamente. Dejar el serrucho en la casa, porque no podemos competir contra los titulares, sí como dice Hardy y Andrés: llevar las ideas geniales.
Quiá como pide Ernesto Montalva, están en un medio regional, hagan un Golpe Nacional y se van felices a la universidad...
Después vuelvan y quedan :-)
2 comentarios:
Hahahaha... buen idea Guarda. Un golpe nacional. Total, ahora, com tiempo y un cierto grado de "anonimato", no debiese ser tan imposible.
Ah, por cierto. Es muy real eso de los temas que te tocan. Incluso en cosas mucho menos trágica o mucho más cotidianos que la muerte de alguien cercano. Basta con que uno le agarre cierto cariño a un entrevistado o a un tema. Incluso nuestro propio cariño por nuestra pega.
Uno no se puede plantear como un reportero ajeno a lo que hace. Uno no es, como al parecer insinuaba guatón, un ser aparte de lo que hace. Nuestra pega no es sólo nuestra pega. Sino vean Capote... me encantó esa película, porque me asqueó Truman Capote. Él es lo que yo nunca querré ser como periodista. Un tipo que deja de lado cualquier rastro de humanodad con tal de conseguir la historia.
Somos periodistas, pero en primer lugar somos seres humanos.
La noticia nos abandona cuando le ponemos stop a la grabadora, cuando ya se dijo al aire, o ya se imprimió.
Nuestra vida profesional va a estar llena de estas cosas, hay que varolarlas pero en la medida de lo que son. Son informaciones, que requieren que las reflejemos en la medida de lo que son.
El resto es nuestra singular y privada vida.
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